Hace un tiempo, mientras dictábamos una clase de post-grado, planteamos la cuestión de si era o no conveniente para la empresa contar con proveedores pequeños o nuevos. Fue un ejercicio interesante, y de resultados relativamente esperables, aunque había un pequeño grupo que los desestimaba de forma rotunda. ¡¡Por nada del mundo contratarían a una empresa pequeña, sin renombre, que no contara con gran respaldo financiero!!
La experiencia dice que existen beneficios en las áreas de servicio, agilidad, acceso, innovación, económicas y de comunidad, al contar con pequeños proveedores.
Agilidad: las pequeñas empresas otorgan rapidez y flexibilidad, ya que buscan aprovechar las oportunidades, y tienen menos aversión al riesgo.
Orientación al Cliente: normalmente las organizaciones más chicas son o pueden centrarse más en torno al cliente y sus necesidades, ya que sus procesos son más simples y menos burocráticos
Competitivos en precio: si bien esto puede sorprender a algunos, esto es posible ya que generalmente tienen menor orverhead o son fabricantes. Además incorporan otros beneficios no monetarios.
Colaboración: los proveedores más pequeños en general establecen relaciones más cercanas y de largo plazo con sus clientes, lo cual permite un feedback más cercano, mayor disposición para hacer cambios, adaptarse e incorporar mejoras en función de los comentarios o sugerencias del cliente.
Confiabilidad: contar con seguridad de suministro es vital, y si bien pudiéramos pensar que tienen mayor riesgo que un proveedor grande, al ser más importantes para la empresa podemos tener un mejor servicio. De cualquier modo siempre se recomienda tener un proveedor alternativo, independiente del tamaño del proveedor que tengamos.
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